Qué divertido... primero en el autobús, despues de un larguito paseillo hasta llegar a la granja, nos esperaba un equipo muy formado para hacernos disfrutar a tope de un día ecológico y de sol, mucho sol.
Tortitas, recogida de hierbas para darles de comer a los animales, visita al huerto para coger plantas aromáticas, un desayuno estupendo y sobre todo jugar, jugar y jugar.
Una experiencia especial, que además de divertida nos dejó a más de uno sin fuerzas y energía, que nos hizo caer rendidos en el autobús.
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